Escalinata urbana
Series en el proyecto
Escalinata urbana
Una imponente escalinata pública en la ciudad de Teruel se eleva como punto de bienvenida, concebida como un umbral urbano que se integra con el entorno, acoge al peatón y dialoga con la naturaleza del paisaje.
Para esta intervención, el arquitecto Ángel Villarroya Algás ha confiado en el potencial estético y técnico del modelo Terracina, combinando los tonos Sienna y Umber en distintos formatos para conformar una entrada de carácter único.
Inspirado en la arcilla, este acabado aporta una textura cálida y auténtica que encaja con la naturaleza circundante y con el cromatismo propio de Teruel.
Concepto y materialidad
La gran escalinata se concibe como un espacio de transición, un recorrido visual y sensorial que guía al visitante hacia un ámbito de serenidad y contemplación. En este planteamiento, la materialidad adquiere un papel decisivo.
El modelo Terracina, en su paleta Sienna–Umber, evoca la tierra y sus matices, logrando una integración natural con los tonos terrosos y rojizos del entorno. Su superficie, rica en matices y textura, interactúa con la luz y la sombra, aportando profundidad y un carácter atemporal.
La variedad de formatos seleccionados permite articular el ritmo del ascenso, diferenciando plataformas, peldaños y zonas de contacto. Este juego de dimensiones aporta dinamismo y acompaña la secuencia del recorrido.
Integración con el entorno
Situada en un enclave donde ciudad y naturaleza conviven, la escalinata toma como referencia el paisaje y lo reinterpreta en clave contemporánea. Los colores Sienna y Umber reflejan la pátina del terreno, el tono de la arcilla y las variaciones cromáticas de la piedra local.
Más allá de su resistencia y adaptación a un uso público intensivo, el pavimento cerámico actúa como un elemento mediador entre el nuevo acceso y el entorno. Su presencia cálida evita la frialdad habitual en las grandes intervenciones urbanas y favorece una conexión emocional con el lugar.
Resultado y experiencia
El resultado es un acceso icónico que redefine la llegada a este enclave de la ciudad de Teruel. La elección del Terracina Sienna-Umber aporta continuidad con el paisaje, solidez visual y una elegancia discreta que refuerza el carácter de esta obra pública.
La intervención se sitúa en la entrada al cementerio municipal de Teruel, donde la escalera adquiere un papel especialmente significativo: acentúa el tránsito hacia un espacio de recogimiento y calma, acompañando al visitante con un lenguaje material respetuoso y armonioso.
Así, esta obra demuestra cómo la cerámica puede transformar un acceso público en un hito integrador, sereno y memorable, capaz de enriquecer tanto la experiencia urbana como la relación con el entorno.





















